La semana pasada me enteré de una
buena, mi mujer me lo explicó tan tranquila y yo no me puedo quitar la
preocupación de la cabeza: ¡¡¡Mi niña vive de revés!!! Durante el embarazo María
se ha girado y colocado cómodamente su cabecita en la cadera de su madre, la
gravedad hace que deba vivir los últimos 3 meses del embarazo haciendo el pino.
Primero pensé que claramente la niña ha salido completamente a la madre…
¡cabezona!, pero he aquí la explicación: El feto se prepara para el parto de
forma natural y la cabeza pesa más que el resto del cuerpo, eso ayuda a
mantener esa posición. ¿Qué pasará cuando nazca? ¿Dormirá colgada como un
murciélago? ¿Le pegamos la cuna a la pared y la vamos girando para que se
adapte a la vida normal?
Todo el día girada da para mucho
y tiene a la madre un poco loca con patadas de lado y puñetazos al hígado, las
costillas, el estómago… o lo que pille; en cambio con el padre la cosa cambia:
caricias cuando me coloco escuchando la barriga o me choca las 5 si tengo la
mano cerca de las suyas. En cambio, cuando se acercan madres o tías la niña se
queda más quieta que una estatua: creen que es muy recatada pero lo que pasa es
que María sólo tiene ojitos para su padre, ya tan jovencita y aunque esté dada
la vuelta se da cuenta de que tiene que quererme un montón!