sábado, 9 de febrero de 2013

EL SÍNDROME DEL NIDO


Llegó el momento, hay que preparar la casa para la llegada. Lo que podría parecer algo así como “haz sitio en la habitación de invitados” para poner la cuna se ha convertido en la obra civil más importante y que mueve más gente y dinero de toda España en estos momentos. 
Mi mujer le llama el desconocido hasta le fecha“ síndrome del nido”. Es decir, en términos fáciles de entender: cuando las pajaritos van a poner un huevo preparan su nido recogiendo ramitas por todo el bosque, las colocan perfectamente para la llegada de su nueva prole. En nuestro caso, no se trata solamente de preparar la habitación sino de toda la santa casa. Hablamos de dejar el horno por dentro como nuevo con productos tan recomendables para una embarazada como el amoniaco o salfuman, limpiar las paredes de detrás de los radiadores, limpiar los armarios de toda la casa por dentro con lejía, ordenar el garaje y colocar las cosas por tamaños y un larguíííísimo etc. 
A parte de lo que entraría en la familia de la desinfección, existen otras partes del síndrome del nido que se centran en la inversión de bienes materiales para adecuar la casa a la llegada... tenemos la visa temblando.  Hablaré del mundo de la cuna: Cunas que se hacen camas, cunas de viaje, cunas de salón, cunas grandes que se les llama parque, cunas que se desmontan y parecen un saco de dormir, cunas para los abuelos y ya lo útimo de lo último… cunas con nombre de profeta bíblico! Alrededor de la cuna hay todo un mundo de elementos esenciales: Cambiador, mueble cambiador, empapelar las paredes para que queden bien con los muebles cambiadores, pintar en rosa pequeños detalles de la habitación y el tan temido “ya que estamos”: ¡¡¡¡¡¡Vamos a poner parquet en todas las habitaciones!!!!!! ¡Pero si sólo necesitamos un nido y en el Ikea lo venden con las ramitas colocadas!

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